América Latina es una de las regiones donde la agenda de datos abiertos y tecnología cívica presenta un alto nivel de discusión y promoción. Estos debates ya no se encuentran enmarcados como ejemplos de países en desarrollo que intentan seguir la agenda de países desarrollados, sino como actores con peso propio y que aportan al diálogo en un nivel de paridad. En las dos mediciones más importantes en la materia (el Open Data Barometer y el Open Data Index) al menos 6 países de la región se encuentran dentro de los 20 mejores en el ranking del mundo. Los gobiernos de esta región se han mostrado, en mayor o menor medida, receptivos a trabajar en la agenda de datos abiertos para luchar contra fenómenos tan complejos como la corrupción, entre otros temas claves para la región. Por otro lado América Latina parece tener una gran cantidad de iniciativas de tecnología cívica emergiendo en línea, y con actores como ALTEC apostando no solo a apoyar y generar condiciones para el fortalecimiento del sector sino también a sistematizar la experiencia regional.
Los avances en la agenda de datos abiertos y tecnología cívica se deben al accionar de una multiplicidad de actores que incluyen a líderes de gobierno, sociedad civil, innovadores sociales, el sector privado, la academia, organismos internacionales e inversionistas de impacto social. Las sucesivas ediciones de AbreLatam y ConDatos -dos eventos regionales, consecutivos que, desde 2013, han sido catalizadores de la construcción de una comunidad de datos abiertos y tecnología cívica latinoamericana- se presentan como claros ejemplos de los avances de la agenda en la región. Sin dudas, existe una base de iniciativas, promoción y políticas ya instaladas en la región. No obstante, hay aún más trabajo por hacer; por ejemplo, sólo 7 países de la región cuentan con políticas claras de datos abiertos. Hoy, nos falta en la región un diagnóstico acabado sobre el estado actual del desarrollo y resultados de las iniciativas de datos abiertos y tecnología que permita generar conocimiento sobre cómo escalar estos esfuerzos para maximizar el impacto social, económico y democrático en América Latina.
Para ello, quienes avanzamos este trabajo pensamos que para maximizar el impacto de los datos abiertos y la tecnología cívica en la región, es importante explorar y conocer no solo los proyectos y organizaciones que están trabajando en el área sino también entender qué valor han generado, qué valor pueden generar en el futuro (o querido generar), con qué tipo de recursos se cuenta, y cuáles son los desafíos más importantes para materializar los beneficios esperados en la región.
¿Por qué un mapa de datos abiertos y tecnología cívica en la región?
Hoy contamos con algunos intentos de sistematización de iniciativas, tales como un mapa de adhesión voluntaria recopilado durante las ediciones de Abrelatam/Condatos, así como también las investigaciones parciales llevadas adelante por los colegas de Distintas Latitudes. Por otro lado, han emergido casos percibidos como exitosos en el uso de la tecnología cívica en países como Uruguay, Paraguay, Argentina. Nuestro objetivo es construir sobre estos pasos iniciales, para sistematizar proyectos y organizaciones que muestren la propuesta de valor de la tecnología cívica y los datos abiertos. Hoy existen pocos intentos de sistematizar estas iniciativas a nivel comparado, aun cuando el ecosistema ha adquirido cierto grado de madurez. Ahí vemos otro valor agregado en nuestro trabajo, ya que puede contribuir a la base de conocimiento de otras regiones.
En este contexto, con el apoyo del BID y Fundación Avina (que junto a Luminate formal ALTEC) te invitamos a explorar el mapa, leer los casos de estudio así como buscar organización y/o proyectos.